viernes, 25 de junio de 2010

1826

Las ideas de Simón Rodríguez, (maestro de Simón Bolivar):  "Para enseñar a pensar"

Hacen pasar al autor por loco. Déjesele transmitir sus locuras a los padres que están por nacer.
Se ha de educar a todo el mundo sin distinción de razas ni colores. No nos alucinemos: sin educación popular, no habrá verdadera sociedad.

Instruir no es educar. Enseñen, y tendrán quien sepa; eduquen, y tendrán quien haga.

Mandar recitar de memoria lo que no se entiende, es hacer papagayos. No se mande, en ningún caso, hacer a un niño nada que no tenga su "por qué" al pie. Acostumbrado el niño a ver siempre la razón respaldando las órdenes que recibe, la echa de menos cuando no la ve, y pregunta por ella diciendo: "por qué?". Enseñen a los niños a ser preguntones, para que, pidiendo el por qué de lo que se les manda a hacer, se acostumbren a obedecer a la razón: no a la autoridad, como los limitados, ni a la costumbre, como los estúpidos.

En las escuelas deben estudiar juntos los niños y las niñas. Primero, porque así desde niños los hombres aprenden a respetar a las mujeres; y segundo, porque las mujeres aprenden a no tener miedo a los hombres.

Los varones deben aprender los tres oficios principales: albañilería, carpintería y herrería, porque con tierras, maderas y metales se hacen las cosas más necesarias. Se ha de dar instrucción y oficio a las mujeres, para que no se prostituyan por necesidad, ni hagan del matrimonio una especulación para asegurar su subsistencia.

Al que no sabe, cualquiera lo engaña. Al que no tiene, cualquiera lo compra.


1851 Lacatunga
"Ando errante y desnudo..."

En lugar de pensar en medos, persas, en egipcios, pensemos en los indios. Más cuenta nos tiene entender a un indio que a Ovidio. Emprenda su escuela con indios, señor rector.

Simón Rodríguez ofrece sus consejos al colegio del pueblo de Lacatunga, en Ecuador: que una cátedra de lengua quechua sustituya a la de latín y que se enseñe física en lugar de teología. Que el colegio levante una fábrica de loza y otra de vidrio. Que se implanten maestranzas de albañilería, carpintería y herrería.

Por las costas del Pacífico y las montañas de los Andes, de pueblo en pueblo, peregrina don Simón. El nunca quiso ser árbol, sino viento. Lleva un cuarto de siglo levantando polvo por los caminos de América. Desde que Sucre lo echó de Chuquisaca, ha fundado muchas escuelas y fábricas de velas y ha publicado un par de libros que nadie leyó. Con sus propias manos compuso libros, letra a letra, porque no hay tipógrafo que pueda con tantas llaves y cuadros sinópticos.
Este viejo vagabundo, calvo y feo y barrigón, curtido por los soles, lleva a cuestas un baúl lleno de manuscritos condenados por la absoluta falta de dinero y de lectores. Ropa no carga. No tiene más que la puesta.

Bolívar le decía mi maestro, mi Sócrates. Le decía: Usted ha moldeado mi corazón para lo grande y lo hermoso. La gente aprieta los dientes, por no reirse, cuando el loco Rodríguez lanza sus peroratas sobre el trágico destino de estas tierras hispanoamericanas:

- Estamos ciegos! Ciegos !

Casi nadie lo escucha, nadie le cree. Lo tienen por judío, porque va regando hijos por donde pasa y no los bautiza con nombres de santos, sino que los llama Choclo, Zapallo, Zanahoria y otras herejías. Ha cambiado tres veces de apellido y dice que nació en Caracas, pero también dice que nació en Filadelfia y en Sanlúcar de Barrameda. Se rumorea que una de sus escuelas, la de Concepción, en Chile, fue arrasada por un terremoto que Dios envió cuando supo que don Simón enseñaba anatomía paseándose en cueros ante los alumnos.

Cada día está más solo don Simón. El más audaz, el más querible de los pensadores de América, cada día más solo.
A los ochenta años, escribe:
- Yo quise hacer de la tierra un paraíso para todos. La hice un infierno para mi.


Las ideas de Simón Rodríguez: "O inventamos o estamos perdidos"

Vea la Europa cómo inventa, y vea la América cómo imita !
Unos toman por prosperidad al ver sus puertos llenos de barcos...ajenos, y sus casas convertidas en almacenes de efectos...ajenos. Cada día llega una remesa de ropa hecha, y hasta de gorras para los indios. En breve se verán paquetitos dorados, con las armas de la corona, conteniendo greda preparada "por un nuevo prodecer" para los muchachos acostumbrados a comer tierra.

Las mujeres confesándose en francés! Los misioneros absolviendo pecados en castellano!.

La América no debe imitar servilmente, sino ser original.

La sabiduría de la Europa y la prosperidad de los Estados Unidos son, en América, dos enemigos de la libertad de pensar. Nada quieren las nuevas repúblicas admitir, que no traiga el pase....Los estadistas de esas naciones, no consultaron para sus instituciones sino la razón; y ésta la hallaron en su suelo. Imiten la originalidad, ya que tratan de imitar todo!.

Dónde iremos a buscar modelos?. Somos independientes, pero no libres; dueños del suelo, pero no de nosotros mismos.

Abramos la historia: y por lo que aún no está escrito, lea cada uno en su memoria.



Eduardo Galeano, Memoria del Fuego II, Las caras y las máscaras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario